El origen de esta construcción se remonta a 1934, cuando el entonces Cardenal de Lisboa viajó a Río de Janeiro y quedó tan impactado por el Cristo Redentor que a su vuelta a Portugal comenzó a recaudar fondos para erigir en Lisboa un monumento similar, el Cristo Rey.Te doy gracias, amado Jesús, por tu inmenso inclinación y por el sacrificio